La consulta liberal ha
logrado desplazar de las campañas las discusiones de carácter económico. En
contraste con otros países donde en las campañas presidenciales se discuten las
diferentes alternativas de manejo económico, en Colombia se está hablando sobre
el posible número de votos que van a obtener los diferentes precandidatos
liberales. La importancia de fijar unas políticas económicas que contribuyan a
un rápido crecimiento económico deberían obligarnos a comenzar un análisis
serio de las posibles estrategias de desarrollo del próximo gobierno. Los resultados de la
economía colombiana en los ochenta muestran un notable estancamiento del desarrollo
industrial. La dinámica industrial que se manifestó al comienzo de los setenta
perdió toda su fuerza dando como resultado un sector industrial en retirada.
Aunque el conocimiento
del sector industrial se ha visto enriquecido por estudios sectoriales
promovidos por el Ministerio de Desarrollo y el Banco Mundial, las causas del
mediocre desempeño del sector industrial colombiano no son enteramente claras.
Los estudiosos no han logrado producir un consenso en cuanto a las principales
razones del estancamiento industrial. Para algunos las causas son de origen
macroeconómico. El retraso cambiario, las políticas comerciales, el mal
holandés y otras perturbaciones macroeconómicas han sido identificadas como
posibles causas del poco dinamismo
industrial colombiano. Para otros los orígenes del estancamiento industrial
deben buscarse en el campo microeconómico. Los altos costos laborales, las
deficiencias en la infraestructura de transporte y la ineficiencia de las
industrias son algunas de las posibles causas aducidos por los
microeconomistas.
Ante la carencia de un
diagnóstico sólido la formulación de las posibles políticas de desarrollo
industrial ha tenido que basarse muchas veces en la experiencia de otros
países. Las experiencias de las economías asiáticas, escandinavas,
latinoamericanas han sido utilizadas por algunos analistas como base para sus
propuestas de cambios en las políticas vigentes en Colombia. El respaldo de
estas propuestas en algunas ocasiones es bastante sólido mientras que en otro
es bastante precario pues el proponente tiene conocimientos vagos de los
verdaderos efectos de las políticas en el desarrollo industrial.
Para los interesados en
el desarrollo industrial y el crecimiento una fuente valiosísima son los
estudios del Profesor Hollis Chenery y sus colaboradores. El Director de la
famosa Misión de Empleo desarrolló una serie de investigaciones con algunos de
sus colaboradores del Banco Mundial que se resumen en un libro titulado
Industrialization and Growth: A Comparative Study.
La lectura cuidadosa
del libro mencionado es de gran utilidad para los asesores de los candidatos a
la presidencia pues resume estudios interesantes sobre las relaciones entre el
cambio estructural y el desarrollo económico. El libro explora una serie de interrogantes
de permanente actualidad. Algunas de las preguntas como ¿cuáles son
las causas principales de las uniformidades observadas en la transformación
estructural?; ¿cuáles son
los efectos de los factores que se pueden esperar que causen secuencias
diferentes de industrialización tales como la disponibilidad de recursos
naturales, tamaño del mercado y políticas externas? y ¿cómo se
asocia el crecimiento de la productividad con la
reasignación de los recursos entre sectores? tienen una respuesta en este
trabajo.
Los estudios del
Profesor Chenery y de sus colaboradores dan soporte a algunas generalizaciones
sobre los determinantes del crecimiento industrial. Tal vez uno de los
hallazgos más importantes de esta investigación es que las diferencias entre
países se concentran en dos factores externos la expansión de las exportaciones
y la substitución de importaciones. Si se controla por los diferentes niveles
de ingreso hay muy poca variación entre los factores de carácter doméstico: las
demandas finales e intermedias.
El libro muestra que
los recursos naturales y la política comercial son los mayores fuentes de las
diferencias observadas en el proceso de transformación. La orientación hacia
afuera o promoción de exportaciones usualmente está acompañada por la expansión
de la industria ligera. La tasa de crecimiento del producto disminuye en un 15%
al cambiarse de una política de promoción de exportaciones a una de
substitución de importaciones. Según el trabajo de Chenery los efectos
benéficos de una reorientación del crecimiento hacia el mercado externo tiene
un efecto mayor cuando la economía se ve enfrentada a rigidices de carácter
estructural. Los economistas asociados con el pensamiento cepalino van a
encontrar este hallazgo como algo sorprendente pues siempre han dado como
argumento para la protección a la industria la existencia de rigideces en los
mercados.
La importancia de
mantener flujos de divisas que apoyen los esquemas de apertura magnifica
significativamente el efecto de mayores exportaciones y ayuda a explicar la
aceleración del crecimiento en Corea y Taiwan. Aun cuando los autores no lo
dicen es posible inferir que la salida de divisas ocasionadas por el problema
de la deuda externa han influido negativamente en el desarollo industrial de
algunos países con problemas de deuda.
En el trabajo de
Chenery se explora también las interrelaciones entre el crecimiento de la
productividad y el crecimiento de la economía. Según los autores la evidencia
de un diferencial entre países es más fuerte que la de diferencias entre
sectores. Según ellos se comprueba la
hipótesis de una correlación positiva entre las tasas de crecimiento y el crecimiento
de la productividad. Una posible explicación de este fenómeno podría ser la
posibilidad existente de trasladar la fuerza de trabajo de sectores de baja
productividad hacia sectores de alta productividad.
Un buen resumen de los
hallazgos de Chenery está dado en los siguientes párrafos del libro.
«Encontramos que las economías que tuvieron una estrategia de promoción de
exportaciones en contraposición de estrategias de substitución de
importaciones, crecieron más rápido, se industrializaron más pronto, tuvieron
tasas de crecimiento de la productividad total mayores y tendieron más
rápidamente a una estructura de insumo producto de países avanzados.
Especulativamente se podría decir que se requiere desarrollar una cierta base
industrial y un conjunto de habilidades técnicas para poder exportar productos
industriales. En particular las tasas de crecimiento de la productividad total
de los factores son una parte necesaria del éxito de la estrategia hacia
afuera. Si una economía incurre en fuertes endeudamientos para adquirir
materias primas y bienes de capital que se requieren para alimentar el proceso,
la falla eventual de que se materialicen en un crecimiento de exportaciones
dejará la economía con serios problemas de deuda externa».
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