Las autoridades
económicas colombianas y los institutos de investigación colombianos, piensan
que el 92 va a ser mejor que el 91.
Las primeras semanas
del año son propicias para hacer la planeación de los próximos doce meses. Por
regla general, existe una cierta tendencia al optimismo pues se suele creer que
el año que entra va a ser mejor que el que termina. Para el presente año, las
publicaciones especializadas de Colombia y de los Estados Unidos están
presentando unos pronósticos de la actividad económica que superan los
resultados obtenidos en 1991.
Las autoridades
económicas colombianas y los institutos de investigación colombianos, piensan
que el 92 va a ser mejor que el 91. La revista Coyuntura Económica, publicada
por FEDESARROLLO, presenta unas proyecciones ligeramente mejores que sus
estimativos del desempeño de la economía colombiana en 1991. Para Coyuntura
Económica, la economía puede crecer un 2.2 por ciento en el 92, un poco más del
1.8 por ciento estimado para el 91. La inflación puede llegar a los dos paticos
(22%), cinco puntos por debajo del 27 obtenido en el 91. Las tasas de interés bajarán los mismos cinco
puntos porcentuales de reducción de la inflación, para colocarse a un nivel de
31.5 por ciento. El único indicador que no mejora en las proyecciones de
FEDESARROLLO es el déficit fiscal, que pasa de 1 por ciento del producto
interno bruto al 1.5 por ciento.
Las proyecciones del
gobierno, aunque difieren en cuanto a la magnitud de las cifras, también
muestran una mejoría de la economía. Las estimaciones del Departamento Nacional
de Planeación presentan un crecimiento del PIB de 3.5 por ciento para 1992.
Este desempeño de la economía colombiana, según el DNP, se basaría en un
crecimiento elevado en las exportaciones y la inversión.
Los cálculos no sólo
coinciden en cuanto a que el 92 va a ser mejor que el 91, sino también en que
el crecimiento no será el mismo para todos los sectores y para todos los
componentes del gasto. Según Coyuntura
Económica, el café, la minería y la construcción crecerían dos veces más rápido
que el total de la economía. Para FEDESARROLLO, el sector industrial sería el
principal damnificado del 92; el valor agregado de la Industria descendería un
cuatro por ciento durante dicho año. A nivel de componentes de la demanda,
FEDESARROLLO coincide con Planeación en que habrá un mejor comportamiento de la
inversión y de las exportaciones.
Todos los analistas coinciden esta vez en que las importaciones van a
crecer a una tasa de dos dígitos. El represamiento de las importaciones,
causado en 1991 por la gradualidad y las expectativas de revaluación, va a
convertirse en un torrente de productos, que si bien representará mayores
inversiones, también tendrá efectos negativos en el sector productivo y
especialmente en la industria.
El rápido crecimiento
de las importaciones, sin lugar a dudas permitirá un mejor manejo de la oferta
monetaria, pues se eliminará la necesidad de congelar recursos, bien sea por
operaciones de mercado abierto o, por emisión de certificados de cambio. Más
aún, en la medida en que el volumen de importaciones sea mayor que el de
exportaciones, el saldo de los certificados de cambio comenzará a reducirse.
Sin embargo, la Junta
Directiva del Banco de la República no puede esperar a que los certificados
mueran por un mayor crecimiento de las importaciones, sino que debe tomar
medidas adicionales para salirse del problema creado, el año anterior, por el
Ministro de Hacienda. Una medida que serviría para eliminar algunas
distorsiones sería la igualación de la tasa de cambio oficial y la tasa que se
determina libremente en el mercado.
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