La gravedad de la
situación económica por la que atraviesa la economía colombiana ha sido
reconocida hasta por el propio Presidente de la República. Ya no cabe duda de
que los indicadores económicos muestran un franco deterioro del ritmo de
crecimiento de la economía colombiana. Al sentir de la mayoría de los analistas
la economía ha entrado en un período de estanflación en la que se combinan los
graves problemas de la recesión con los de un incremento en la inflación.
Por falta de
información más detallada, la situación propia de las principales ciudades no
ha sido motivo de discusión suponiendo implícitamente que todas las regiones se
ven afectadas de manera similar. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que
el impacto de las recesiones es diferencial por ciudades. La relevancia de este
acerto es fácil de mostrar con algunos ejemplos.
Las crisis originadas
por las devaluaciones en los países vecinos se siente con mayor impacto en los
departamentos fronterizos. La inestabilidad causada por la devaluación
venezolana de 1982 significó un fuerte impacto para el Norte de Santander y en
especial para su capital. La crisis de la industria de los años ochenta afecto
de manera más marcada a Antioquia y el Valle del Cauca por la sencilla razón de
la importancia relativa del desarrollo industrial en estos dos departamentos.
La presente crisis no
ha sido una excepción. El efecto más marcado se ha dado en el Valle del Cauca.
Los indicadores de actividad económica y en especial los relacionados con la
actividad edificadora son muy negativos en Cali y el resto del Departamento. La
actividad industrial del Valle también se ha resentido de manera marcada. Los
indicadores de desempleo son bastante negativos.
Por ser la sede del
gobierno y por que gran parte de los actores de la crisis son prestantes
miembros de la sociedad bogotana, pareciera que en Bogotá ha sido la segunda
ciudad en la que se ha tenido el efecto negativo mayor. Los sectores en donde
la capital del país ha tenido tradicionalmente su ventaja comparativa son unos
de los más afectados. El sector financiero en el que Bogotá se ha destacado por
su alta participación se está viendo enfrentado a una baja en su demanda y en
un deterioro notable de las condiciones de la cartera. El sector exportador de
flores se encuentra pendiente de las condiciones adversas causadas por la descertificación
y por la posible pérdida de las preferencias arancelarias. Los viajes de
negocios a Bogotá y la ocupación hotelera se han visto afectados adversamente
por los últimos acontecimientos, lo que unido a un exceso de capacidad hotelera
ha llevado a situaciones muy preocupantes para los inversionistas en el sector
turismo.
Además de una baja
demanda del sector privado la actividad económica de la capital del país ha
sido afectada por impulsos negativos en el sector público. El nivel de
ejecución del plan de desarrollo es relativamente bajo. El Alcalde Mockus ha
sido muy cauteloso en el frente de las obras públicas, concentrándose a
terminar el plan de obras de la Administración Castro. Por otra parte, el
incremento de los impuestos, tanto a nivel nacional como distrital, ha tenido
un fuerte impacto recesivo en la capital del país, por la sencilla razón de la
alta participación de Bogotá en el total de impuestos recaudados en todo el
país.
Más aún, los efectos
positivos que se notan en la economía colombiana están ausentes en la capital
del país, pues desafortunadamente todavía no se ha descubierto petróleo en la
Sabana de Bogotá y la capital del país tiene poca o nula representación en la
comisión de acusaciones de la Cámara.
De todo lo anterior se
pueden sacar dos conclusiones. El impacto de la crisis no ha sido uniforme en
todo el país y segundo no hay una gran información sobre la coyuntura regional
lo que hace que los analistas económicos tengan pocos elementos para poder
sacar conclusiones y recomendaciones. Teniendo en cuenta la posible gravedad
para una región del país sería recomendable que entidades como las Cámaras de
Comercio y las regionales de los gremios
dedicarán parte de sus esfuerzos a hacer un seguimiento de la actividad
económica propia de su región.
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