El Ministro de Hacienda
ha anunciado recientemente la posibilidad de vender algunos de los Bancos
Nacionalizados a los particulares. Este cambio de dueño puede conducir a una
mayor competencia en el sistema financiero
al aumentar el número de participantes en el mercado bancario. De
acuerdo con la propuesta del Señor Ministro, se permitiría la fusión de los
Bancos desde que la compra sea hecha por los actuales dueños de alguno de los
bancos privados. La fusión de los dos bancos podría generar entonces un aumento
en la eficiencia del sistema.
El momento parece
propicio para la privatización pues los bancos están atravesando por un período
de alta rentabilidad. Por esta razón no será difícil encontrar comprador para
las acciones de las dos instituciones que se piensan privatizar este año. La
venta del Banco del Estado y del Banco de los Trabajadores podría hacerse en
estos momentos a un precio que compense la ayuda prestada por el gobierno para
la recuperación de estos dos intermediarios financieros y, por lo tanto,
eliminará la queja constante de que el gobierno socializa las pérdidas y
privatiza las ganancias.
Este paso, aunque
modesto, va en la dirección correcta de mejorar la eficiencia del sistema
financiero. Desafortunadamente, se queda muy corto pues no ataca a fondo los
problemas del sector. Como todos sabemos, los márgenes de intermediación del
sistema bancario colombiano están por encima de diez puntos porcentuales. Estos
márgenes son realmente superiores a los de cualquier otro país de condiciones similares
a Colombia.
Los costos de
transacción en el sistema bancario son realmente altos. Un cheque está costando
noventa pesos y las entregas de efectivo en los cajeros automáticos tienen un
valor para el cliente de setenta pesos. En los Estados Unidos el cliente puede
comprar sus cheques en formas continuas a un equivalente de 56 pesos cada uno,
teniendo posibilidad de elegir la que se acomode más a sus necesidades.
Igualmente, el cuenta-habiente en Estados Unidos recibe un pago por intereses
sobre su saldo, mientras que en Colombia todavía subsiste la prohibición de
pagar intereses en cuenta corriente.
La razón de estos
costos altos en Colombia radica, parcialmente, en la costumbre de no cobrar
directamente por el manejo administrativo de la cuenta corriente. En los
Estados Unidos el cargo por los servicios bancarios, compensa el costo directo
del manejo de la cuenta corriente. Otra parte de la explicación reside en la
falta de competencia en el sector bancario colombiano. Los bancos tienen que
manejar sindicatos fuertes y se ven enfrentados muchas veces a altos costos
laborales. Algunos aún tienen procedimientos ineficientes, muchas veces con
personal redundante y prácticas obsoletas. Los sistemas de cajeros automáticos
en algunos casos tienen tecnologías bastante anticuadas, con las que ni
siquiera es posible consultar el saldo de la cuenta corriente.
De otra parte, las
reformas que deben acompañar la privatización de los bancos deben tener en
cuenta las principales causas de los altos márgenes de intermediación. En
primer lugar están los altos encajes y las inversiones forzosas vigentes. En
segundo lugar, el crédito subsidiado a los sectores considerados prioritarios,
los cuales muchas veces no logran estimular la inversión sino que se convierten
en generadores de rentas para los afortunados que consiguen estos
créditos.
Es indudable que el
cambio de dueño de dos bancos no va a mejorar el sistema financiero colombiano.
Mientras no se hagan reformas importantes, nuestras tarjetas de crédito, al
igual que muchas de las teorías económicas desarrolladas en el país, seguirán
siendo «Valid only in Colombia». Sin la posibilidad de tener
legalmente cuenta en dólares, la competencia por los mercados mundiales va a
ser cada día más difícil. La preparación de nuestro sector financiero para
Europa 1992 no es ni la sombra de lo que ha sido la preparación de nuestra
Selección para Italia 90.
El sistema financiero
debe privatizarse, pero el gran ganador debe ser el consumidor. El gobierno
tiene no solo que recuperar la inversión hecha en el rescate, sino que también
debe llevar a cabo una serie de reformas que mejoren la eficiencia del sector y
conduzcan a un mejor servicio para el cliente. Qué bueno fuera que dentro de
poco pudiéramos tener menores costos, personal muy productivo, mejoras en la
tecnología del sector, consolidación de oficinas redundantes, interconexión
real de las redes y acceso desde la oficina, disminución de cargos a los
usuarios, pagos de intereses en cuenta corriente y eliminación del monopolio de
los cheques!
Cita Citable
«En un país que ve
las finanzas de manera tan primitiva que castiga con cárcel la posesión de
divisas, cualquier medida que modernice sus actitudes es un motivo de
entusiasmo» Business Week del 28 de agosto en un comentario sobre el pago
en dólares a los agricultores soviéticos.
Deja una respuesta