Los
recursos necesarios para elaborar de manera rigurosa opciones presupuestales no
son muy cuantiosos. El retorno de estas pequeñas inversiones es inmenso. La
Empresa Privada podría financiar anualmente análisis serios de las alternativas
presupuestales logrando una presupuesto más eficiente y justo.
La visita a Colombia
del Presidente Bush ha acaparado la atención de los colombianos. El tema de la
conferencia entre los presidentes de las cuatro naciones ha desviado un poco la
atención de temas de vital importancia que por esta época se debaten en Estados
Unidos. Tradicionalmente en los primeros meses del año el tema obligado de
análisis en los Estados Unidos es el Presupuesto. El Presidente debe enviar al
Congreso su proyecto de Presupuesto acompañado de un mensaje sobre el Estado de
la Unión.
El proceso presupuestal
de los Estados Unidos es admirable en muchos sentidos. Las revistas hacen una
presentación de las principales variaciones introducidas en el presupuesto. Las
publicaciones periódicas no se limitan a divulgar de manera ágil los
principales rubros del presupuesto sino que tratan de analizar la validez de las
cifras que han servido de base para los cálculos de los ingresos y egresos.
Recientemente, las principales publicaciones han incluido en su presentación
del presupuesto la opinión de la ciudadanía sobre los posibles cambios
impositivos. Por ejemplo, la revista Time muestra la opinión de los americanos
sobre una posible reducción en el impuesto a las ganancias ocasionales.
La Brookings
Institution (el FEDESARROLLO de los Estados Unidos) ha venido publicando cada
año un libro en el que se presentan alternativas presupuestales. Estos libros
que en una época se llamaron Definición de Prioridades Nacionales y que
recientemente se conocen como Opciones Económicas son sin duda una gran
contribución a la discusión seria del Presupuesto de los Estados Unidos. Cuando
se tiene una opción cuantificada realizada con rigor las discusiones pueden ser
constructivas. La Democracia verdadera requiere una discusión ilustrada de las
diversas opciones presupuestales. Todos los participantes en los debates sobre
el Presupuesto deben esforzarse en mejorar el proceso presupuestal. Los cambios
introducidos por la nueva ley de presupuesto buscan mejorar la manera como el
Gobierno prepara el Presupuesto anual. El Congreso debe mejorar
considerablemente su capacidad analítica para mejorar su contribución al debate
presupuestal. En este aspecto sería conveniente estudiar la posibilidad de
crear una oficina encargada de los asuntos presupuestales siguiendo el ejemplo
de los Estados Unidos. Los partidos políticos deben contar con recursos
suficientes para poder elaborar alternativas presupuestales. No puede funcionar
un esquema Gobierno-Oposición cuando la Oposición no puede formular
alternativas viables a las propuestas del Gobierno. Para poder operar
eficientemente, el Gabinete Sombra debe contar con elementos de juicio para las
discusiones de política económica.
El elaborar opciones
presupuestales requiere de conocimientos sobre el proceso presupuestal así como
de la posibilidad de diferir algunos gastos. Para ello se requiere un conocimiento
detallado de las regulaciones vigentes y de los costos de posibles
alternativas. Los recursos necesarios para elaborar de manera rigurosa opciones
presupuestales no son muy cuantiosos. El retorno de estas pequeñas inversiones
es inmenso. La Empresa Privada podría financiar anualmente análisis serios de
las alternativas presupuestales logrando una presupuesto más eficiente y justo.
La discusión de las
opciones presupuestales debería extenderse a los planes de desarrollo que cada
cuatro años hace el gobierno de turno. Hoy en día la discusión del Plan de
Desarrollo se reduce a la presentación de comentarios sobre su contenido. La
mayoría de las veces, se discute si el diagnóstico es correcto y si las medidas
son coherentes. Nunca se presentan opciones alternativas que reflejen diversas
prioridades.
La discusión de las
opciones presupuestales no debe circunscribirse al nivel nacional. Los Alcaldes
elegidos popularmente deben tener a su disposición opciones alternativas. Las
ciudades no pueden esperar un año mientras que los nuevos Alcaldes se enteran
de las posibilidades que tienen a su disposición. Las Cámaras de Comercio
podrían seguir el ejemplo de la Cámara de Comercio de Bogotá que ha patrocinado
la elaboración y discusión de Planes de Desarrollo. Con el apoyo de entidades
de prestigio sería posible contar con alternativas de manejo de nuestras
ciudades desde el mismo día en que tomen posesión los Alcaldes.
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