El
rápido crecimiento de los computadores en Colombia parecería estar mostrando o
bien que la sabiduría convencional de los setenta no era muy acertada o que los
estudios de factibilidad se han desarrollado considerablemente pues los
empresarios han reaccionado notablemente a la disminución del precio relativo
de los computadores.
El ciudadano corriente percibe
cada vez más la presencia del computador. Juan Gossaín ha hecho la transición
de la Underwood al computador. El actual Ministro de Gobierno siguiendo el
rastro del Doctor César Gaviria comienza a escribir sus brillantes discursos
con la ayuda de su computador dejando de lado la máquina ejecutiva de su
secretaría. El conteo de las elecciones se hace con computadores y no con lápiz
y papel. El castigo de los votos de la consulta popular requiere de los
servicios de varios Macintosh para llegar al veredicto de quien ha ganado.
A algunos de los que
hemos estado escribiendo discursos en el computador desde 1985 nos ha
interesado saber exactamente la penetración de este genial aparato.
Afortunadamente en días pasados la Asociación de Usuarios de Computador publicó
los resultados de lo que ha denominado el Censo Nacional de Computadores 1989.
Según este Censo en 1989 había instalados 48.591 microcomputadores en Colombia.
Obviamente el número total es un poco más alto pues por lo menos cuatro
computadores en que he escrito columnas para La Prensa no fueron
contabilizados. Si contamos dos computadores de mis hermanos, tres de un colega
que tiene oficina en el mismo edificio y otros tres de un constructor amigo que
tampoco aparecen en el Censo podemos decir que por lo menos hay 48.603
computadores en Colombia.
Si el parque actual es
difícil de precisar, más complicado es lograr establecer de una manera
aproximada su crecimiento. Las cifras que ha venido produciendo periódicamente
la ACUC no son fácilmente comparables pues a medida que transcurre el tiempo el
cubrimiento del Censo ha venido aumentando. El aumento del cubrimiento es fácil
de comprobar comparando los resultados de los dos últimos censos. Según el
último Censo, de los 48.591 microcomputadores 41.885 ya estaban instalados en
1988. En 1988 el Censo de ACUC empadronó 18.475 microcomputadores cifra muy
inferior a los 41.885 calculados a partir del Censo de 1989.
Cualquiera que sea la
verdadera cifra sobre el crecimiento en el número de computadores el hecho real
es que ha sido dramático. Las causas de este crecimiento indudablemente deben
encontrarse en la disminución de sus precios relativos. El costo de estos
equipos medido en términos del salario devengado o del costo de otros activos
ha disminuido considerablemente. Los empresarios han tenido en cuenta estos
cambios y han adquirido más equipos. Más aún, las empresas han entrenado a su
personal y han cambiado sus procesos tecnológicos incrementando de paso la
productividad de sus firmas. Lo interesante de este cambio tecnológico es que
los actores han sido colombianos. No hemos tenido que girar muchas divisas por
regalías ni hemos tenido que traer a expertos extranjeros para que nos enseñen
a operar los equipos ni para que nos digan como hacer los programas de
contabilidad.
Lo curioso de este
fenómeno es que desafía la sabiduría convencional de mediados del setenta. En
esa época era usual sostener que los empresarios por no hacer estudios de
factibilidad no podían seleccionar la tecnología que minimizara los costos.
Como consecuencia de esta falla se argumentaba muy persuasivamente que los
costos de los factores no influían en la selección de las tecnologías.
El rápido crecimiento
de los computadores en Colombia parecería estar mostrando o bien que la
sabiduría convencional de los setenta no era muy acertada o que los estudios de
factibilidad se han desarrollado considerablemente pues los empresarios han
reaccionado notablemente a la disminución del precio relativo de los
computadores.
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