La
experiencia con el uso de las subastas competitivas debe ser evaluada y de
encontrarse positiva debe ser adoptada en otras actividades.
El equipo económico del
gobierno como una de sus últimas actuaciones ha establecido el mecanismo de las
encuestas arancelarias, ya propuesto en un artículo de Guión del 28 de marzo de
1985. El gobierno ha encontrado un mecanismo bastante ingenioso para captar
algunas de las llamadas «rentas de escasez». Como se ha informado, en
las encuestas se pregunta a los importadores el recargo sobre el arancel que
están dispuestos a pagar por obtener un cupo de importación. Las propuestas
hechas por los importadores en las encuestas son utilizadas por el gobierno para
dos cosas. En primer lugar, para fijar el sobrearancel y en segundo lugar para
asignar los cupos de importación entre los encuestados. Las encuestas se
ordenan de acuerdo a las propuestas presentadas y se aceptan de mayor a menor
hasta que el cupo asignado se haya agotado. El recargo arancelario se hace
igual al valor subastado por el último de los importadores cuya oferta fue
aceptada.
El mecanismo de
encuestas es pues, ni más ni menos, una subasta de los cupos de divisas. Las
propiedades de este tipo de encuestas no deben estudiarse en los libros de
muestreo sino más bien en los artículos de los especialistas en los mecanismos
de licitación. Los teóricos de las subastas en épocas recientes han hecho
importantes desarrollos que han aparecido en artículos sobre el tema en las
principales revistas académicas americanas.
El mecanismo utilizado
en las encuestas arancelarias se conoce con el nombre de subasta competitiva
pues todos los participantes seleccionados terminan pagando el mismo precio.
Los economistas interesados en este tema han logrado demostrar que este tipo de
subastas tiene una serie de propiedades interesantes. En primer lugar, se ha
podido demostrar que los licitantes son incentivados a mostrar sus verdaderas
preferencias por el objeto subastado. En estas circunstancias la mejor
estrategia para el licitante es decir la verdad.
También se ha podido
mostrar que las subastas competitivas producen el mismo resultado que se logra
en las tradicionales subastas con martillero. En estas subastas, a viva voz,
conocidas en la literatura como subastas inglesas, los participantes también
tienen el incentivo de mostrar sus verdaderas preferencias por el objeto
rematado. Este resultado de la equivalencia entre las subastas a viva voz y en
sobre cerrado es bien interesante, pues a simple vista los dos mecanismos
parecen bastante diferentes. Un caso particular de la subasta competitiva
ocurre cuando se remata un artículo único. En este caso, y al igual que en las
subastas de arte el ganador es quien ofrece el mayor valor pero paga no el
precio que ofreció sino el del segundo más alto.
La experiencia con el
uso de las subastas competitivas debe ser evaluada y de encontrarse positiva
debe ser adoptada en otras actividades. Por ejemplo, la adopción del principio
de la subasta competitiva para las licitaciones de obras públicas tendría
cambios muy importantes. Tal como se hace actualmente, el favorecido sería el
oferente con la propuesta más baja. Sin embargo, el precio de la adjudicación
sería el ofrecido por el segundo oferente más bajo.
Como se expresaba en el
mencionado artículo de la Revista Guión y se ha reiterado en columnas
anteriores, la adjudicación de espacios en Inravisión tiene características
similares a la asignación de cupos de importación. El Ministro de Hacienda que
está preocupado por los medios de comunicación masiva, a lo mejor está pensando
cambiar las reglas de juego de las adjudicaciones de Inravisión. Sería
interesante que el equipo económico del gobierno, que ha aceptado las
sugerencias sobre la asignación de los cupos de divisas, aproveche los últimos
minutos de su mandato para desarrollar un mejor sistema de asignación de
espacios en la televisión colombiana.
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