Los
profundos cambios que estamos observando en Europa oriental tienen que ponernos
a pensar en el papel que debe desempeñar ahora el estado en el manejo de las
Empresas de Servicios Públicos.
En el día de hoy la
Empresa de Energía de Bogotá está cumpliendo sus primeros noventa años. Como se
relata en Cromos del 10 de Marzo de 1945, «En la noche del 6 de agosto de
1900 los esfuerzos de don Santiago y de sus hermanos, y también de las señoras
de Samper, culminaron cuando, en la casa paterna de don Miguel Samper, su
viuda, doña Teresa Brush, encendía con mano trémula las primeras bombillas de
la nueva luz».
Durante estos noventa
años el servicio de energía eléctrica de los bogotanos ha sido objeto desde la
lucha entre los grupos económicos vivida en los años veintes, reminiscente de
la gran pelea de Rockefeller por apoderarse de las compañías petroleras, hasta el lento proceso
de nacionalización que iniciado en 1926 concluyó en 1959. Lo que comenzó en
1900 como Samper Brush y Compañía, se ha convertido hoy en día en la segunda
Empresa Oficial más poderosa del país.
Los últimos diez años
de su primer siglo sorprenden a la Empresa de Energía en un momento por demás
interesante. Los profundos cambios que estamos observando en Europa oriental
tienen que ponernos a pensar en el papel que debe desempeñar ahora el estado en
el manejo de las Empresas de Servicios Públicos. Por otra parte, el proceso de
descentralización que está viviendo el país hace que las decisiones
relacionadas con la EEB, sean cada vez más responsabilidad principal del
gobierno distrital y cada vez menos del nivel nacional.
Estos dos cambios,
indudablemente deben influir en el rumbo futuro de la Empresa de Energía de
Bogotá. El impacto de estos dos fenómenos contemporáneos se va a sentir de
manera especial en lo referente a la expansión del sistema de generación. En
adelante, la Empresa tiene que analizar cuidadosamente la manera como puede
trabajar en concierto con la empresa privada. Sin llegar a pensar que en el
futuro las inversiones de la Empresa sean financiadas por el sector privado, es
posible pensar que la contratación con el sector privado pueda expandirse. El
cambio en el régimen municipal tiene implicaciones importantes, pues cuando los
gerentes son cambiados cada dos años la ejecución de proyectos de larga
gestación, como los hidroeléctricos, tienden a sufrir traumas debido a la frecuente
transición en las directivas de la Empresa.
En estas
circunstancias, es de vital importancia contar con un sistema de información
que permita evaluar el impacto de los grandes proyectos. Actualmente, la
Empresa presenta sus informaciones consolidadas y no es posible discernir lo
que realmente está pasando. Hay tres aspectos importantes que deben
diferenciarse claramente en la decisión de realizar una nueva hidroeléctrica.
En primer lugar si los recursos generados por las tarifas son adecuados, en
segundo lugar si la capacidad financiera de la empresa es adecuada y finalmente
si la Empresa debe realizarla por su cuenta, o simplemente debe contratar su
construcción con un experto constructor.
Para poder tomar una
decisión adecuada y para evaluar el desarrollo de los proyectos ya realizados,
es necesario contar con información adecuadamente presentada. Cuando no se
tiene la información puede sucederle lo que a una familia que se dedicó a
construir una magnífica mansión y que después de pasar muchas angustias logro
terminarla. Nunca se supo si los ingresos familiares eran insuficientes, si la
casa que se construyó era muy grande o si simplemente lo que pasó es que como
constructor fue muy malo y por lo tanto debe salirse del negocio de la
construcción. La contabilidad de la
empresa tiene que obviamente permitir determinar si las tarifas son adecuadas,
si las inversiones en generación son excesivas o si simplemente no se debe
construir directamente las centrales que se requieren.
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