En este
momento las medidas tomadas pueden tener consecuencias demasiado graves, pues
pueden hacer abortar el proceso de apertura.
Durante esta semana el
dólar negro ha tenido una fuerte caída, el diferencial entre el dólar negro y
el oficial se ha ampliado. Hoy en día el dólar negro tiene una cotización
bastante errática. Los hoteles que atienden a los turistas muestran
cotizaciones muy diferentes. Un día mientras que uno estaba pagando el dolar a
512 pesos había otro que pagaba 534 pesos por dólar. Más aún, en una de las
casas de cambio del Centro Internacional, no estaban recibiendo los dólares y
afirmaban que se les habían acabado los pesos.
En los almuerzos de los
clubes se especulaba la razón de este comportamiento tan extraño. Algunos
aducían como posible excusa que habían llegado dineros calientes a financiar
las campañas de la constituyente mientras otros hablaban de diversas
posibilidades.
La verdadera razón de
esto es que obedece a una política del gobierno. Como se sabe, con el objeto de
controlar el dinero las autoridades monetarias decidieron diferir por un tiempo
el pago de los dólares por concepto de servicios. Este cierre temporal de la
llamada ventanilla siniestra unido a la alta restricción monetaria ha hecho que
se desplace la demanda del sector oficial hacia el paralelo.
Como consecuencia de
las medidas el peso ha tenido una revaluación real. Además, se ha establecido
una tasa de cambio diferencial pagando menos por los dólares provenientes de
los servicios. Estas medidas poco ortodoxas, de revaluar y de establecer tasas
diferenciales de cambio no son nuevas. El distinguido economista Eduardo
Sarmiento, cuando era Asesor de la Junta Monetaria del Gobierno de López, hizo
uso de este tipo de medidas.
En esa época como
ahora, el principal objetivo fué controlar la oferta monetaria. En los 70 la
causa de las perturbaciones monetarias fué la bonanza cafetera y marimbera. Hoy
en día el desorden monetario se debe a un aumento no contemplado en las
reservas internacionales aparentemente causado por las incertidumbres asociadas
al proceso de apertura.
En el pasado este tipo
de medidas, si bien en el corto plazo ayudaron a un control más efectivo de la
inflación, en el largo plazo tuvieron consecuencias muy graves en la situación
competitiva internacional de la economía colombiana y sembraron la semilla de
la crisis financiera de comienzos del 90.
En este momento las
medidas tomadas pueden tener consecuencias demasiado graves, pues pueden hacer
abortar el proceso de apertura. La lógica económica enseña que al disminuir las
restricciones para importar y al disminuir los incentivos a la exportación se
debe hacer una devaluación compensatoria. Si no se devalúa se pierde la ventaja
competitiva del sector externo.
Como nos lo han
recordado recientemente los Profesores Edwards y Dornbusch, todos los paises
que han logrado culminar exitósamente un proceso de apertura han mantenido una
tasa real de cambio alta. Las principales fallas del proceso de apertura, han
estado asociadas a la revaluación del tipo de cambio. Es evidente entonces, que
el incentivar una revaluación del peso en estos momentos no solo tiene efectos
negativos en el proceso mismo, sino que están indicando que el gobierno ha
perdido interés en el proceso de apertura. Los agentes económicos apostarán que
no va a haber apertura lo que conducirá a que los opositores cobren fuerza y a
que los defensores de la apertura pierdan confianza en la voluntad política del
gobierno. Adicionalmente, pueden pensar que el gobierno está dispuesto a apelar
a políticas heterodoxas, como el control de precios, con efectos negativos en
la asignación de recursos.
Si el Ministro Hommes
me hubiera pedido un consejo, le hubiera repetido el que me dió el Subgerente
Financiero de la EEEB respecto al proyecto Guavio, «no atrasemos el
Proyecto Guavio por que el proyecto se atrasa sólo». Yo le diría al
Ministro, no revalúe pues el dólar cuando se abran los mercados de capital se
revalúa sólo.
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