Como
todas las licencias, el sello de calidad de ICONTEC se convierte en una
restricción a la competencia. Esto, unido a las prácticas de contratación
vigentes, hace que cada día sea más difícil competir en el mercado de la
consultoría para el sector eléctrico.
Una de las razones del
éxito japonés en la manufactura ha sido su preocupación por la calidad de los
productos. Las técnicas del control estadístico de la calidad, desarrolladas en
los Estados Unidos por Deming, encontraron un medio favorable en el Imperio del
Sol Naciente y allí prosperaron notablemente.
Las técnicas del
control de calidad hoy, son indispensables no solo en la manufactura sino que
también se requieren en los servicios. Como muy bien lo presenta el último
número de Business Week, el control de calidad es hoy en día la esperanza que
tienen los japoneses para apoderarse del mercado mundial del software.
En Colombia, se oye
hablar con frecuencia de la importancia de tener una calidad total en nuestras
empresas. Pareciera que nuestros sistemas de producción dejan mucho que desear
y que por lo tanto es urgente mejorar nuestros productos para poder competir
con éxito en los mercados internacionales.
Hay dos tipos de propuestas
para mejorar la calidad. La primera, en la que hoy en día están prácticamente
de acuerdo todos los economistas, es mejorar la competencia. La segunda, que
nos hace recordar el conocido personaje creado por el famoso Chespirito y que
tiene como emblema un corazón, es confiar en un superhéroe que nos pueda
defender de los «inescrupulosos» empresarios y que logre traernos la
calidad total.
En Colombia, país de
críticos implacables, es necesario crear productos excelentes para poder lograr
el éxito en los negocios. La competencia en el mercado de la vivienda ha
generado los urbanizadores de éxito, como Pedro Gómez y Luis Carlos Sarmiento
Angulo que han entregado a los colombianos unas viviendas de excepcional valor
y magnífica calidad. )Nos
podríamos imaginar como estaríamos viviendo si todas las viviendas las hubiera
construido el extinto ICT y hoy flamante INURBE?
Desafortunadamente, en
Colombia todavía creemos en la existencia de los Chapulines Colorados. Muchas
veces hacemos las cosas al revés, pues, en aras de mejorar la calidad
restringimos la competencia, encomendando la labor de control de calidad a una
Super Institución.
Un caso aberrante, que
sirve muy bien para ilustrar los absurdos que pueden ocurrir cuando se piensa
con el corazón, es el que están viviendo las firmas de ingeniería que trabajan
para el sector eléctrico. Ocurre que para poder contratar con algunas entidades
del Sector eléctrico es necesario que la firma reciba la aprobación del ICONTEC.
Es increíble, que se pretenda medir la calidad del trabajo de las firmas
consultoras por una entidad que en su vida ha hecho un estudio de ingeniería y
además, que se acepte que la manera de comprobar si las firmas de ingeniería
trabajan con alta calidad, es practicar una visita y llenar una serie de
formularios.
Esto no sería absurdo
si la visita fuera gratuita y si el resultado se conociera inmediatamente. Por
el bendito informe de ICONTEC, que abre las puertas a la contratación con
entidades del Sector eléctrico, hay que pagar la bobadita de un millón de
nuestros devaluados pesos. Además, se debe esperar por el resultado por lo
menos tres meses. Obviamente, a menos que uno conozca a un Don Manuel que le
agilice la entrega del certificado. Si el informe no es favorable, la compañía
de ingenieros debe someterse a un plan de mejora de la calidad, obviamente
definido por el zar de la calidad y por el cual hay que pagarle los honorarios
que pidan.
Como todas las
licencias, el sello de calidad de ICONTEC se convierte en una restricción a la
competencia. Esto, unido a las prácticas de contratación vigentes, hace que
cada día sea más difícil competir en el mercado de la consultoría para el
sector eléctrico. Unicamente las firmas grandes con alta capacidad de
contratación y que pueden pagar los honorarios que pide el ICONTEC van a poder
competir por los contratos de este importante sector. Paradójicamente, la
calidad de los proyectos del sector en lugar de mejorar va a ser cada vez más
deficiente pues la competencia va a disminuir.
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