El tiempo perdido los santos lo lloran y el mes de no racionamiento va a hacer que en el futuro, el problema sea mucho más grave. Las medidas de racionamiento son un último recurso al que no se debería llegar.
En estos días los representantes por Cundinamarca intentaron revocarle el mandato al Alcalde de Santafé de Bogotá. El Alcalde muy enojado, les contestó que no pensaba renunciar y que no aceptaba críticas de ellos, porque consideraba que los representantes estaban resentidos por los malos resultados electorales.
Sin entrar a tomar partida en esta pelea política, la ciudadanía vería con mucho gusto que el Alcalde utilizara estos días para dejar en orden la ciudad. Todo el mundo quisiera que el Alcalde utilizara su desprestigio para tomar una serie de medidas impopulares, que le permitan al nuevo Alcalde comenzar de una mejor manera.
Que el desprestigio es para usarlo, es una enseñanza que nos han dejado los gobiernos mexicanos. Allá las decisiones impopulares suelen tomarse en el período de transición por el Presidente, que termina tratando de mantenerle el prestigio al gobernante que entra. Las devaluaciones masivas que tanto afectan la buena imagen de una administración, suelen hacerse al final del mandato evitando futuros problemas.
En Colombia los gobernantes tratan de cuidar la imagen hasta el final. Por más desprestigiados que se encuentren, tratan de mantener su imagen previendo que en el futuro, los electores tengan mala memoria y que los vuelvan a considerar. Como decía un amigo: En Colombia no hay prestigio que dure seis meses, ni desprestigio que dure más de un año.
La Administración Caicedo Ferrer en estos días nos sorprendió nuevamente por su falta de liderazgo. En lugar de haber previsto con suficiente anterioridad el efecto que el verano y el mal mantenimiento de las plantas de la Empresa de Energía iban a tener en el suministro del «fluido eléctrico», tomó medidas insuficientes. El racionamiento que se puso en práctica antes de las elecciones no podía tener ningún efecto real.
Todo el mundo sabe que los consumos en horas no pico son fácilmente sustituibles. Si no hay energía de 3 a 5, las actividades que normalmente se realizaban a esas horas, se desplazan para otras en las que si haya energía. Realmente, los únicos ahorros que se dan son los correspondientes al refrigerador. Este ahorro es irrisorio cuando se compara con las necesidades que se tienen de hacer rendir el agua de los embalses.
El tiempo perdido los santos lo lloran y el mes de no racionamiento va a hacer que en el futuro, el problema sea mucho más grave.
Las medidas de racionamiento son un último recurso al que no se debería llegar. La experiencia ha mostrado que es mucho mejor apelar al sistema de precios para cuidar los recursos escasos. Colombia tiene que reconocer algún día, que la energía en épocas de verano es más cara que la que se genera en el invierno. Las tarifas de energía en Colombia debían copiar el modelo Brasileño, fijando unas tarifas diferenciales por época del año. Es absurdo no dar la señal adecuada en el uso de energía. Esto lo único que hace es componer el problema de generación de energía y magnificar los recursos necesarios para satisfacer la demanda.
Deja una respuesta