La creación de un fondo
de estabilización no deja de tener serios problemas.
En esta semana se
llevará a cabo un importante seminario patrocinado por el Departamento Nacional
de Planeación con el fin de analizar las posibles opciones para un manejo
adecuado de los recursos provenientes de Cusiana. Indudablemente, la comunidad
académica debe agradecer a los organizadores del seminario por brindarnos la
oportunidad de oir importantes planteamientos sobre un tema de vital interés
para todo el país.
Una de las propuestas
que se ha venido debatiendo con mayor frecuencia y que indudablemente será
motivo de discusión esta semana es la creación de un fondo de estabilización
petrolera para lograr que los ingresos de Cusiana no se utilicen de manera
inmediata sino que más bien se mantengan para utilizarlos posteriormente. Esta
propuesta es una interpretación moderna de los sueños del faraón. Como todos
sabemos, José le recomendó al faraón que guardará en sus graneros las cosechas
de los años de las vacas gordas para utilizarlos en la época de las vacas
flacas. Nuestros consejeros no solo apelan al buen éxito obtenido por el
gobernante egipcio sino que también mencionan el éxito alcanzado en Colombia en
la estabilización de los ingresos originados en la bonanza cafetera.
La creación de un fondo
de estabilización no deja de tener serios problemas. Como se puede apreciar con
lo sucedido con el Fondo Nacional del Café, el ahorro del Fondo de
estabilización no solo desplaza parte de ahorro que harían los particulares
sino que introduce una serie de incentivos que atentan contra la esencia misma
del Fondo de estabilización. En efecto, en la época de vacas gordas el Fondo
tiende a hacer gastos, a veces, innecesarios como patrocinar ciclistas y abrir
lujosas oficinas en el exterior. La disciplina del gasto se pierde en buena
parte por el acuerdo implícito de que en las épocas de vacas flacas y dada la
importancia de la actividad productiva, el Estado no la va a dejar abandonada y
que finalmente papá gobierno cubrirá la baja en los ingresos de los
productores.
Adicionalmente, cuando
se analiza con mayor profundidad la racionalidad de crear un fondo de
estabilización siempre se encuentra que ésta se basa en el argumento que los
consumidores son miopes y que no tienen en cuenta que es necesario ahorrar para
la época de las vacas flacas. Para los proponentes de los Fondos de Estabilización
el consumidor se comporta como lo describe Keynes en su teoría general mirando
únicamente sus ingresos corrientes y gastando como nuevo rico en las bonanzas y
como un fakir en las época de crisis. Las investigaciones de los Profesores
Friedman y Modigliani sobre el ingreso permanente y el consumo a través del
Ciclo Vital que les sirvieron para ganar el premio Nobel de Economía son
ignorados totalmente por estos distinguidos economistas.
Las propuestas de
Fondos de Estabilización que resultaban bastante atractivas en épocas de los
faraones cuando no existía un sistema financiero bastante desarrollado, cada
vez tiene menos importancia en Colombia. La posibilidad de utilizar el sistema
financiero para precisamente consumir menos y ahorrar más en las épocas de
bonanza para tener más recursos en la época de crisis es una realidad que no se
puede ignorar. El sistema financiero mundial puede ofrecer mejores
posibilidades de retorno que las que normalmente brindan los administradores de
estos Fondos de Estabilización que no se distinguen por el acierto en la
escogencia de las mejores inversiones.
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