La
privatización antes que buscar recursos para cubrir el déficit del gobierno
debe orientarse a buscar mejoras en la eficiencia.
El último número de la
revista The Economist trae un par de artículos relacionados con el tema de la
privatización. Según la importante revista, la privatización antes que buscar
recursos para cubrir el déficit del gobierno debe orientarse a buscar mejoras
en la eficiencia. Esta posición es bastante lógica. No se debe olvidar que si
una empresa oficial está funcionando bien y produce ganancias al venderla se va
a dejar de percibir estas ganancias. Lo que se gana ahora con la venta apenas
sirve para compensar lo que se deja de percibir en el futuro y por lo tanto el
país no termina haciendo un gran negocio.
Lo que si es muy
conveniente es vender empresas que el Estado está manejando ineficientemente y
que el sector privado puede manejar mejor. La privatización se vuelve bastante
atractiva cuando se termina generando un mayor excedente económico. Cuando esto
pasa, el país termina en mejor condición con la privatización pues con los
mismos recursos se produce un mejor resultado.
La privatización de
empresas ineficientes debe realizarse lo más pronto posible. No hay que esperar
años para tomar una decisión a todas luces obvia. Estos errores de omisión son
tan graves como los de comisión. La Empresa Distrital de Transporte Urbano es
un caso claro en la que se cometió un grave error de omisión al demorar su
decisión de privatizarla. Una Empresa que en una época fue ejemplo de buen
servicio se dejó deteriorar de tal manera que al final tuvo que ser liquidada.
La venta de la EDTU en su mejor momento no solo hubiera generado recursos
importantes para el Distrito sino que hubiera evitado una sucesión de pérdidas
que tuvieron que ser cubiertas con transferencias del Gobierno Distrital.
En efecto, desde
mediados de los setenta se sabía que esta Empresa era totalmente ineficiente y que
no era viable económicamente. La Empresa se mantuvo artificialmente viva
mediante transfusiones presupuestales del Gobierno Distrital. En lugar de
desconectar a la EDTU y darle cristiana sepultura se procedió a revivirla
mediante compra de equipos e inversiones que todos sabíamos estaban condenadas
al fracaso. Como todos sabemos, las unidades de cuidados intensivos suelen ser
extremadamente caras. El tratamiento utilizado para mantener con vida la EDTU
por diez años no se le quedó atrás al de las unidades de cuidados intensivos en
cuanto a costo se refiere.
Infortunadamente, la
EDTU no ha sido un caso aislado en el que no se ha cumplido con el precepto de
enterrar a los muertos. La Universidad Distrital, Colpuertos, los Ferrocarriles
han sido entidades que han debido desaparecer de la órbita del estado y que han
debido privatizarse hace mucho tiempo. La mayoría de ellas han terminado
liquidadas con graves pérdidas para los contribuyentes.
La privatización de las
entidades ineficientes no puede esperar. El Gobierno tiene que comenzar a dar
los pasos que aseguren que este proceso se haga en la mejor forma posible. Un
prerrequisito importante es introducir cambios en el sistema regulatorio. El
país debe hacer las reformas en la regulación antes de hacer la privatización.
Las ganancias de la privatización se multiplican cuando este proceso es
precedido por cambios en la regulación de los monopolios. Lo que se precisa es
fomentar la competencia antes de vender las joyas de la corona.
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