Como ya hemos dicho anteriormente en estas columnas la
fórmula para mejorar el tráfico en una ciudad, debe contemplar tres
ingredientes que en inglés comienzan con la letra e.
El mantener despejadas las intersecciones es un claro
ejemplo de lo que en economía se conoce como un óptimo de Pareto y contrasta
con otras medidas, como los contraflujos, implantadas por la Administración
anterior en las que se obtenían mejoras para un grupo a expensas de otros. En efecto, al dejar pasar a alguien que va en
dirección perpendicular a nosotros es mejor para la sociedad, sin que por esta
razón nos perjudiquemos. Este es un caso
muy claro en el que el buen ciudadano no se perjudica pues de todas maneras no
puede avanzar por el trancón que hay después de la intersección mientras que
los otros si pueden pasar la vía y continuar su marcha.
Como ya hemos dicho anteriormente en estas columnas, la
fórmula para mejorar el tráfico en una ciudad debe contemplar tres ingredientes
que en inglés comienzan con la letra e. Los tres ingredientes mágicos son la
educación, el cumplimiento de la ley a través de sanciones, y la ingeniería. La campaña del buen ciudadano sirve para
ilustrar la manera como se deben combinar los tres ingredientes.
La ingeniería necesaria para poner a funcionar el juego del
que cae paga, tiene dos aspectos: uno sencillo y uno complicado. El aspecto
fácil consiste en pintar tanto las intersecciones como las famosas cebras, para
que conductores y peatones tengan demarcadas con claridad las zonas
prioritarias, que deban mantenerse libres de trancón El aspecto complicado y
que por lo tanto requiere de soluciones de largo plazo, consiste en mejorar las
intersecciones para que los vehículos puedan hacer el cruce sin dificultades,
mediante cambio en el diseño geométrico, en el ciclo de los semáforos, la
sincronización de estos y en el largo plazo, el rediseño del sistema de
transporte colectiv0 y la construcción de puentes peatonales. La Administración Mockus ha comenzado con
medidas de ingeniería sencillas, que deben ser reforzadas soluciones de más
largo plazo.
La educación de conductores y peatones es un esfuerzo
importante que debe conscientizar al ciudadano de la importancia de respetar
las señales de tráfico y en el caso especial no bloquear la intersección. Los medios de comunicación han hecho un
esfuerzo importante por tratar de que el bogotano se convierta en un buen
ciudadano. Estas campañas de los medios
de comunicación masiva, deben ser complementadas por un trabajo en los
colegios, en el que se les inculque a los, estudiantes la importancia de
cumplir con las leyes de tráfico. Como
podría esperarse de un académico, las medidas de educación ciudadana han sido
ejecutadas con muy buen criterio y ha contado con un buen apoyo de los medios
de comunicación masiva.
La Administración ha buscado sancionar a los infractores en
la Calle 100 con toda la fuerza de la ley.
Las sanciones han comenzado- a tener un efecto saludable en los
conductores y en la ciudadanía en general, pues han visto con buenos ojos que
la autoridad está empeñada en hacer cumplir la ley y que no tiene miedo en poner
en cintura a grupos poderosos como los transportadores, que habían impuesto la
ley del más fuerte.
Los primeros resultados de esta campaña ciudadana, son
ampliamente positivos y esperamos que continúen y que se haga un importante
esfuerzo para mejorar el tráfico en Bogotá.
El contraste con la Administración anterior no puede ser más
grande. La solución de tráfico se buscó
a través de obras monumentales como el de las piscinas de la calle cien, para
lo cual fue necesario incrementar considerablemente los impuestos, dejando de
lado mejoras de bajo costo pero de gran impacto. Lo increíble de la mala gestión del Alcalde
Castro es que uno de sus tres Secretarios de
Tránsito y Transporte, tuvo la misma idea de hacer una campaña y, mandó
pintar varias intersecciones en la Avenida Ciudad de Quito. Sin embargo, parece que en la mitad de la
idea se arrepintió, pues no se hizo ni la campaña educativa ni mucho menos se
decidió a enfrentarse al poderoso gremio de los transportadores.
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