Si la Academia Sueca
quiere utilizar el tan codiciado premio Nobel como incentivo para mejorar la
economía tiene que otorgarlo a economistas más jóvenes que puedan disfrutar el
dinero por un tiempo más largo.
El premio Nobel de
Economía en 1996 ha puesto de manifiesto algunas de sus principales
contradicciones. Por ser un premio
relativamente reciente y por ser un campo en la que no es necesario contar con
instalaciones muy completa, hay una larga lista de candidatos con mérito
suficiente para ser galardonados. Los
galardonados por regla general han cumplido los sesenta años y algunos como el
profesor Vickrey reciben el premio después de los ochenta años. Destacados economistas han perdido la carrera
hacia al premio Nobel pues la muerte les ha sorprendido mucho antes de su
nominación.
El drama vivido en esta
ocasión en que el Profesor Vickrey muere tres días después de su elección y en
el que el premio debe ser entregado postmortem es, simplemente, la consecuencia
de tener más candidatos que galardones.
También es la consecuencia de la estrategia de asignar el premio de
manera rotatoria por ramos del saber. Si
a una persona de edad se le pasa el carrusel del premio debe casi despedirse
pues la próxima vuelta puede demorarse unos diez años.
La selección de William S
Vickrey y James Mirrlees como Premios Nobel en 1996 es un reconocimiento a
destacados economistas que han dedicado la mayor parte de su esfuerzo al campo
de las finanzas públicas. Vickrey hizo
importantes contribuciones a la utilización practica de las reglas derivadas de
la economía del bienestar. Los problemas
prácticos de la utilización del principio de igualdad entre el precio y el
costo marginal fueron objeto de análisis por parte del Profesor Vickrey. Los estudiosos de la fijación de precios de
monopolios nacionalizados, servicios públicos y transporte público se
beneficiaron enormemente de los escritos del Profesor Vickrey. En 1961 Vickrey hace una contribución
importante al análisis sobre la revelación de preferencias al encontrar una
solución al problema de como hacer que en las licitaciones se revelen las
verdaderas preferencias de los licitantes.
La pelea entre el
burócrata y el técnico emprendida por el Profesor Vickrey contra el Metro de
Nueva York muestra la dificultad de imponer alguna racionalidad en esquemas
tarifarios que muchas veces tienen como única justificación la muy colombiana
del «no se puede». Si a
alguien le preguntaran cual puede ser el esquema de tarifas de servicio público
más absurdo y de mayor dificultad de cumplimiento respondería que cobrar por
edad del vehículo. Comparado con este
esquema, el propuesto por el Profesor Vickrey de cobrar por distancia y por
hora del día ganaría la aceptación de todas las burocracias del mundo excepto
la colombiana. Si un esquema tan absurdo
y caótico como el colombiano puede existir por más de veinticinco años sin
producir ninguno de los resultados que prometía sería deseable comenzar a
pensar en el esquema propuesto por el difunto premio Nobel.
Las contribuciones del
Profesor Mirrlees se pueden ubicar en el campo de la tributación óptima. Muchos de sus escritos se dedicaron a
analizar cual puede ser la mejor manera de gravar la actividad productiva y el
ingreso de las personas causando las menores distorsiones posibles. Las publicaciones del Profesor Mirrlees se
inician en 1962 con un escrito conjunto con el famoso Profesor Kaldor sobre un
nuevo modelo de crecimiento en el que se estudia el comportamiento de una
economía compuesta por dos clases, la capitalista y la trabajadora. Continúan al comienzo de los setenta con unos
trabajos conjuntos con Peter Diamond sobre tributación y producción
óptimas. En los setenta aparecen una
serie de publicaciones del Profesor Mirrlees sobre tributación óptima y un
texto muy importante con Ian Little sobre Planeación y Evaluación de Proyectos
en países en vías de Desarrollo.
Al comprobar el largo
lapso transcurrido entre las publicaciones más importantes de los galardonados
y la fecha de su elección surge la duda de si realmente el premio Nobel está
contribuyendo a mejorar la ciencia económica o si simplemente es un reconocimiento
tardío a un pequeño grupo de afortunados que se ganan una lotería que ya no
pueden disfrutar.
Todo parece indicar que el
esfuerzo de los investigadores está más relacionado con dos eventos importantes
en su carrera. En primer lugar, el gran
esfuerzo para lograr el titulo de doctorado que les abre la oportunidad de
vincularse a la academia. En segundo
lugar, el esfuerzo que deben hacer los profesores asistentes recién graduados
para lograr obtener su nombramiento como profesores titulares en una buena
universidad. Después de lograr la
titularidad en una buena universidad el esfuerzo disminuye y la posibilidad de
lograr el premio Nobel es muy poco lo que contribuye al esfuerzo. Si la Academia Sueca quiere utilizar el tan
codiciado premio Nobel como incentivo para mejorar la economía tiene que
otorgarlo a economistas más jóvenes que puedan disfrutar el dinero por un
tiempo más largo.
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