Es necesario aceptar
que el suministro de agua para Bogotá es muy vulnerable y que esta falla debe
corregirse de inmediato.
La gran vulnerabilidad
en el aprovisionamiento de agua en Bogotá ha quedado nuevamente en evidencia.
El túnel de Chingaza se ha derrumbado por enésima vez y Bogotá está ad portas
de un nuevo racionamiento. El embalse de San Rafael resultó insuficiente para
suministrar agua a la ciudad durante el período de reparación del túnel. La
Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá no ha podido asegurar el
suministro confiable a la ciudad a pesar de las grandes inversiones realizadas.
El esfuerzo de los
últimos alcaldes y de sus gerentes no ha sido suficiente para lograr un
suministro confiable de agua en Bogotá. Las graves fallas de los diseñadores
del acueducto, la clientelización de la Empresa de Acueducto y de la
Administración de Bogotá han conducido a una situación que es necesario
corregir lo más pronto posible.
Es necesario aceptar
que el suministro de agua para Bogotá es muy vulnerable y que esta falla debe
corregirse de inmediato. La Administración debe considerar como prioritario el
lograr mejorar la confiabilidad del sistema de agua potable en Bogotá. Para
ello debe hacer una fuerte inversión en varios campos. En primer lugar, es
necesario hacer reparaciones urgentes en las tuberías por donde llega el agua
de Tibitoc. De no hacerlo seguiremos con la ruptura de las tuberías en el norte
de la ciudad cada vez que se necesite incrementar el suministro desde Tibitoc
para suplir las fallas del sistema de Chingaza.
En segundo lugar, será
necesario pensar en la posibilidad de construir otro túnel que permita suplir
el suministro en caso de otra falla. Esta alternativa probablemente hubiera
ahorrado la gran inversión en el embalse de San Rafael y hubiera evitado crear
falsas expectativas. Este nuevo túnel debería ser diseñado como se hace en los
países avanzados en donde se minimizan los riesgos de derrumbes y en donde no
se acepta la práctica colombiana del chamboneo que prefiere arreglar los
derrumbes a prevenirlos mediante un buen diseño.
En tercer lugar, es
necesario inculcar a los bogotanos la cultura del ahorro de agua como un hábito
permanente y no como algo exótico que se debe adoptar únicamente en caso de
emergencia. Esta cultura del ahorro de agua debe comenzar con la educación
desde las escuelas y colegios y debe reflejarse en el costo del servicio de
acueducto. La ciudadanía debe estar dispuesta a pagar más por un servicio de
alta confiabilidad.
Pero no solo es
necesario aumentar la confiabilidad del sistema sino que además es necesario
aumentar la competencia en la prestación del servicio. Aunque a primera vista
los servicios públicos pueden catalogarse como un monopolio natural la
experiencia ha mostrado que hoy en día es posible introducir la competencia en
la prestación de algunos de los principales servicios públicos domiciliarios. A
nadie escapa que Bogotá en realidad tiene más de una fuente alterna de
suministro de agua y que por lo tanto el negocio de la producción de agua
podría dividirse entre varios proveedores.
Más aún, es posible
dividir el servicio de acueducto de manera similar a la del servicio de energía
eléctrica. La Empresa de Acueducto se puede dividir en una de captación y
tratamiento, en otra de transmisión y en una de distribución. Estas empresas
competirían entre sí y podrían dedicarse a su negocio lo que redundaría en una
mayor eficiencia. Hoy en día el Gerente de la Empresa de Acueducto tiene que
preocuparse por la captación, por la transmisión y por la distribución con la
consecuencia de que no puede dedicarle la atención que requiere cada una de
ellas.
Finalmente, es necesario
que los bogotanos tomen conciencia de la importancia de contar con un buen
gobierno. La experiencia de las Empresas Públicas de Medellín muestra que es
posible que los servicios públicos sean prestados eficientemente por el
gobierno municipal. Sin embargo, lo que se requiere es crear una clase de
administradores públicos que manejen eficientemente la ciudad. Mientras que en
Bogotá no haya conciencia de la importancia de contar con un verdadero equipo
de administradores profesionales estaremos esperando el milagro de que se nos
aparezca el salvador para solucionarnos todos nuestros problemas.
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