Se ha avanzado conceptualmente en el tema de la equidad.
Hasta 1974, se pensó que si se quería buscar un crecimiento más
rápido era necesario aceptar que
por un tiempo un deterioro temporal en la distribución del ingreso. Los economistas interesados en el tema del
desarrollo económico comenzaron a cambiar de
opinión cuando se publico el trabajo
de Hollis Chenery y sus colaboradores en un libro titulado «Redistribution
with Growth» publicado por el Banco Mundial. Muy pronto se llegó a un consenso de que la equidad no se contrapone con el
crecimiento y que más bien se complementan y una política que privilegie la equidad también va a contribuir a un rápido
crecimiento económico.
Hasta los más convencidos por las bondades del mercado comenzaron a aceptar que una política pública activa podría ayudar a solucionar más rápido los problemas de equidad de una sociedad. Teniendo en cuenta los efectos adversos de algunas de las políticas utilizadas para apoyar a los pobres se plantearon serios inconvenientes a la política facilista de fijar precios políticos a los bienes y servicios consumidos más intensivamente por los pobres. La constitución del 91 y su desarrollo a través de la Ley de servicios públicos aceptó como un criterio en la fijación de tarifas la suficiencia financiera de las empresas aceptando el principio de que el servicio más costoso es el que no se presta.
Hasta los más convencidos por las bondades del mercado comenzaron a aceptar que una política pública activa podría ayudar a solucionar más rápido los problemas de equidad de una sociedad. Teniendo en cuenta los efectos adversos de algunas de las políticas utilizadas para apoyar a los pobres se plantearon serios inconvenientes a la política facilista de fijar precios políticos a los bienes y servicios consumidos más intensivamente por los pobres. La constitución del 91 y su desarrollo a través de la Ley de servicios públicos aceptó como un criterio en la fijación de tarifas la suficiencia financiera de las empresas aceptando el principio de que el servicio más costoso es el que no se presta.
También se aceptó que los subsidios tenían que salir del closet y
declararse más bien abiertamente. El abuso
de un sistema de tarifas de servicios públicos que subsidiaba a los
pobres cobrando más a los ricos se encontró que era inconveniente y que era mejor subsidiar
directamente a los pobres. La ley de servicios públicos
estableció unos topes para los subsidios
y las contribuciones en estos esquemas de subsidios cruzados que buscaba
eliminar las mayores distorsiones existentes.
Ante la insuficiencia de los recursos para atender a toda
la población se aceptó que la ayuda del estado se concentrara en los más necesitados. Se busco focalizar el gasto social y se diseñaron una serie de mecanismos para llegar a los más necesitados de manera preferente. Se utilizó un indicador de necesidades básicas insatisfechas para identificar, departamentos,
municipios o barrios de una sociedad en donde se debería concentrar la acción del estado. También se utilizó la condición de las manzanas en donde vivían los colombianos para identificar por medio de un número que iba de uno a seis a las personas dignas de apoyo.
Estos métodos de focalización presentaron fallas pues había
muchos falsos positivos es decir personas de ingreso altos que estaban
identificados como personas dignas de ser atendidas. Un ejemplo bastante
diciente de un falso positivo es el caso de nuestro presidente recién reelecto que bajo el criterio de adulto mayor tiene
derecho a disfrutar a partir del 10 de agosto de 2013 de una tarifa más baja en el SITP bogotano.
Las fallas en la atención
a los pobres ha llevado a algunos líderes a encontrar una mejor
manera de resolver el problema de equidad. Milton Friedman ha inspirado a líderes de Izquierda como Lula da Silva a ayudar a los pobres
y con ello mejorar la distribución del ingreso en un país que se disputaba con
Colombia los últimos lugares en el derby de
la equidad. El notable avance se logró en el momento en que se decidió entregar los apoyos a través
de un aumento en el saldo mensual de las cuentas de los pobres permitiéndoles utilizar una tarjeta débito
para atender los gastos familiares.
El presidente Santos podría
obtener muy buenos resultados si adopta esquemas como los propuestos por
Friedman , adoptados por Andrés Pastrana en Familias en acción y puestos de moda por Lula da
Silva. En lugar de prometer gratuidad en la educación, mínimos vitales de consumo de
agua, tarifas diferenciales para el transporte público
y otras soluciones que quedan en manos de los políticos
para mantener una clientela que les asegure el triunfo en las próximas elecciones.
El gobierno debería estar pendiente no solo de
implementar mecanismos más eficientes de llegarle a los
pobres sino también de impedir que en un
descuido se produzca un autogol. En lo que podía
ser llamado una autogol de camerino casi en el momento en que el equipo de la
equidad se estaba posesionando los medios estaba anunciando que el gobierno
permitiría subir las tasas de usura.
Gabinete para la Equidad
Anónimo says
Desafortunadamente los políticos muchas veces, casi todas, piensan en sus intereses personales y no en los de la comunidad. En eso, el presidente Santos es un maestro en prometer y no cumplir, si sus objetivos personales no coinciden con las promesas de la plaza pública.