El 10 de abril de 1961 Lauchlin Currie le presentó al
presidente Alberto Lleras Camargo un Programa Nacional de Desarrollo Económico
y Social de Colombia. En las palabras de su autor “este programa debe
concentrarse en acelerar los procesos naturales que actualmente están operando
en Colombia y que han sido la base principal del desarrollo de todos los países
avanzados. En esencia, la Operación Colombia consiste en el desarrollo de
formas y sistemas para crear más empleos productivos y resolver el problema
agrario, dando un gran impulso a la industrialización y a la tecnificación de
la agricultura. Educación para todos, mejor salud y vivienda aceptable, serán
los resultados inherentes al programa[1]”.
La novedad del planteamiento de Currie fue considerar que la
solución al problema agrario se daría al acelerar el proceso de urbanización y
al mismo tiempo aumentar la productividad del sector agrícola moderno. Currie
se dio cuenta de que el alto porcentaje de la población que vivía en el campo
era un reflejo de la baja productividad de la agricultura tradicional y que por
lo tanto una gran parte de la población rural sufría de un desempleo
disfrazado que se debía considerar como
sinónimo de la baja productividad en la agricultura tradicional[2].
Los datos sobre el porcentaje urbano de la época son
bastante dicientes. Según el Bureau de los Censos, la población colombiana en
junio de 1960 era cercana a los 16
millones de personas (15 952 727). De estos, 7,4 millones vivían en las
cabeceras municipales y 8,6 millones lo hacían en el resto del municipio. Esto
quiere decir que el porcentaje urbano[3]
a mediados de 1960 era de 46,4 por ciento y por lo tanto más de la mitad de la
población estaba en la zona rural que resultaba muy alta comparada con lo
observado en los países desarrollados.
Cuando la mayoría de los dirigentes pensaban que era
deseable preservar esta alta participación del sector rural Currie encontraba
que era necesario trasladar al menos dos millones de personas a las ciudades
para poder encontrar la solución al problema agrario y para poder incorporar
técnicas asociadas con la agricultura moderna.
Han pasado 53 años desde que Currie lanzó su Programa de Desarrollo
Económico y Social para Colombia y durante este tiempo Colombia ha experimentado
importantes cambios demográficos. Según el Dane, el 30 de junio de 2014 había
47,661,787 habitantes en Colombia, de los cuales 36,359,268 vivían en la zona
urbana y 11,302,519 en la zona rural. Esto quiere decir que el porcentaje
urbano en estos momentos es 76,3 por ciento, casi 30 puntos porcentuales más
que la cifra registrada en 1960.
Sin embargo, si uno revisa las discusiones sobre las
opciones de política apropiadas para la situación actual pareciera que Currie
nunca hubiera existido pues nadie quiere volver a preguntarse si en este
momento al igual que en 1960, ¿Hay muchos colombianos en el área rural? Es
conveniente recordar que Currie llegó a la conclusión de que había muchos
colombianos en el área rural mediante un cálculo de los requerimientos de mano
de obra necesarios para obtener los mismos niveles de producción suponiendo que
se utilizasen las tecnologías más eficientes. Mediante este procedimiento llegó
a la conclusión de que había un exceso de dos millones viviendo en las zonas
rurales.
La realización de un verdadero Censo Nacional Agropecuario[4]
permitirá en un futuro replicar el análisis de Currie y obtener una estimación
de la población con sub empelo en el sector agropecuario. Mientras se publican
los resultados es necesario hacer algunos ejercicios que permitan obtener
respuestas aproximadas a la pregunta formulada por Currie.
Una manera de aproximarse a este tema es comparar el
porcentaje de la población que está en la zona rural para algunos países vecinos
a Colombia. El World
Factbook tiene la información sobre el porcentaje urbano para gran parte de
los países del mundo. El porcentaje rural se puede calcular como el complemento
a cien del porcentaje urbano y por lo tanto no hay mucho problema conocer el
porcentaje rural para un gran número de países. Es claro que los países que aún
entre los países de una misma región hay otras variables que afectan el
porcentaje urbano.
Una primera aproximación es escoger los diez países de la
Conmebol controlando por el porcentaje de participación del sector agrícola en
el PIB[5]
bajo la hipótesis de que se requiere un mayor porcentaje rural en el caso en
que el porcentaje del PIB sea mayor. Una manera de controlar el tamaño del
sector del sector agrícola es dividir la participación del sector agrícola en
el PIB por el porcentaje rural. Este indicador de eficiencia o productividad permite
establecer de manera indirecta la productividad del sector agrícola.
En el cuadro siguiente se presenta el porcentaje rural estimado
para el año 2011 para diez países suramericanos, así como la participación del
Sector Agrícola en el PIB y un indicador de eficiencia del sector agrícola
obtenido al dividir el porcentaje rural por la participación del sector
agrícola en el PIB.
País
|
%
Rural
|
%
del PIB del sector agropecuario
|
Indicador
Eficiencia
|
Argentina
|
7.5
|
6.68
|
0.89
|
Bolivia
|
37.2
|
12.95
|
0.35
|
Brasil
|
15.4
|
5.71
|
0.37
|
Chile
|
10.8
|
3.44
|
0.32
|
Colombia
|
24.7
|
6.05
|
0.24
|
Ecuador
|
32.5
|
9.86
|
0.30
|
Paraguay
|
38.1
|
21.05
|
0.55
|
Perú
|
22.7
|
7.45
|
0.33
|
Uruguay
|
7.5
|
9.96
|
1.33
|
Venezuela
|
6.5
|
5.79
|
0.89
|
El mejor indicador de eficiencia de los países suramericanos
es el de Uruguay pues para producir el 10 por ciento del PIB requiere apenas que
un 7,5 de la población viva en la zona rural. Para sorpresa de muchos Colombia
aparece como el menos eficiente de todos los países pues para producir el seis
por ciento del PIB requiere que la cuarta parte de la población esté en la zona
rural. Es notable este resultado cuando uno nota que Ecuador, Perú y Bolivia superan
a Colombia a pesar de que estos países tienen una presencia importante de poblaciones
indígenas que tienen altas concentraciones en las zonas rurales.
Una sencilla regla de tres nos estaría indicando que si
Colombia tuviera un indicador similar al de Brasil su porcentaje rural sería de
16.35 por ciento. Lo que indicaría que hoy habría un exceso de 3 509 172 habitantes en la zona
rural. Aunque parezca muy grande la cifra en términos absolutos no lo es cuando
se compara con la población urbana de Colombia pues no llega al diez por ciento[6].
[1]
Currie, Lauchlin (1965) Ensayos sobre
Planeación: Introducción a una Teoría de Desarrollo conocida como Operación
Colombia), Segunda Edición, Bogotá:
Tercer Mundo., p. 158.
[2]
Currie, Lauchlin (1974) Desarrollo
económico acelerado: la necesidad los
medios. México: Fondo de Cultura
económica p. 221
[3] El
porcentaje urbano se obtiene al dividir la población en cabeceras por el total
de la población y multiplicar por 100. Por facilidad, se considera como
población urbana la que vive en la cabecera municipal y rural la que vive en el
resto del municipio.
[4] Después
del Censo Agropecuario de 1960 se
realizó un censo en 1970 que fue seriamente cuestionado por haber utilizado una
metodología de convocatoria donde los productores tenían que ir a llenar los
formatos con los maestros en la escuela más cercana.
[6] Los
dos millones que calculó Currie en 1960 eran el 27 por ciento de la población
urbana de esa época.
Anónimo says
hoy le sobran no 2, sino 4 ,millones de habitantes a bogota