Aún
cuando las circunstancias del país han cambiado en los últimos cuatro años, la
lectura de lo que pensaba en otra época el futuro Ministro es útil para
imaginarse lo que tiene escrito el Doctor Hommes en su Agenda en la sección de
Cosas por Hacer.
En junio de 1986, al
llegar la revista Estrategia Económica y Financiera a su número 100, en su
sección Observador Financiero el futuro Ministro de Hacienda Doctor Rudolf
Hommes hacía unas «Reflexiones en el número 100». Las reflexiones del
Observador Financiero en gran parte se relacionaban con lo que debería hacerse
en el gobierno del presidente Barco. Al
hacer estas reflexiones obviamente, el Doctor Hommes nunca se imaginó que el
primer Ministro de Hacienda fuera el actual presidente de la República y que
cuatro años más tarde el periodista se convertiría en Ministro del nuevo
Gobierno.
Aún cuando las
circunstancias del país han cambiado en los últimos cuatro años, la lectura de
lo que pensaba en esa época el futuro Ministro es útil para imaginarse lo que
tiene escrito el Doctor Hommes en su Agenda en la sección de Cosas por Hacer.
Es probable que entre sus prioridades, el Ministro esté contemplando poner en
práctica el conocido lema de la propaganda del Banco de la República:
«Conservemos nuestros billetes». Hace cuatro años, se afirmaba en
Estrategia: «Si no se adquiere un firme control monetario, el gobierno no
podrá adelantar programas sociales en forma significativa porque tendrá que
convertirse en un sector que absorbe circulante, y sus finanzas terminarán
siendo superavitarias. Como consecuencia, se perdería la oportunidad de
emprender inversión social más amplia que se necesita para aliviar la pobreza y
que podría realizarse con ingresos fiscales provenientes del excedente de
ingresos cafeteros. Y se daría como excusa para no hacerlo la necesidad de
mantener la inflación dentro de un rango razonable».
Además de conservar nuestros
billetes, el Doctor Hommes pensaba que era muy importante controlar el gasto de
los Institutos descentralizados. Hace cuatro años, el Observador Financiero
afirmaba: «Pero, si el gobierno gana el control real de los medios de
pago,y de la planeación efectiva del presupuesto monetario y del gasto público
se tendría una nueva oportunidad para crear empleo sin exacerbar la inflación:
permitiendo que la demanda sea el principal impulsor del empleo urbano,
mejorando la calidad de la vida urbana, y dirigiendo una buena parte de la
inversión pública y el crédito de fomento hacia el sector rural, para inducir
la producción de alimentos, y otros cultivos no tradicionales, reparando el
descuido de los últimos años. Esta opción, que además sería una fuente notoria
de empleo, por derecho propio, se ensayó parcialmente con éxito en 1978».
El Doctor Hommes si
bien no mostraba en su artículo un pensamiento muy definido sobre el manejo de
la deuda externa, insinuaba que la de las entidades del sector eléctrico debería
reestructurarse pues era imposible solucionar los problemas financieros del
sector eléctrico apelando al expediente de aumentar las tarifas de energía.
Dada la amplia experiencia del doctor Hommes en el campo del financiamiento
externo es de esperar que en su gestión se tomen decisiones importantes sobre
todo el manejo del endeudamiento externo. Estas reformas estarán muy ligadas a
las reformas en el sector financiero y en el manejo cambiario.
El Doctor Hommes debe
tomar medidas en el campo tributario. No solo debe estudiarse una amnistía
tributaria para que pueda operar el esquema de repatriación de capitales que el
futuro Ministro tiene concebido, sino que se necesita subsanar el impacto
fiscal de la disminución de los impuestos al comercio exterior. El menú que le están planeando al consumidor
deberá tener una mezcla de aumentos en el IVA, en el impuesto a la gasolina y
en algunos precios de los servicios públicos.
Además de las medidas
que se debe tomar en el campo económico, el futuro Ministro tendrá que mejorar
notablemente el mismo manejo del Ministerio. Las anteriores administraciones
han preferido ignorar el problema de manejar una economía tan compleja como la
colombiana con un aparato institucional inadecuado. El nombrar asesores para
temas específicos ha sido una medida que ha permitido afrontar el manejo de
algunos problemas. Sin embargo, en el largo plazo es necesario contar con un
ente organizado que opere en forma integral. Es indispensable tener un
verdadero Ministerio y no una colección de Direcciones Generales operando en
forma un tanto descoordinada.
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