Afortunadamente,
el Alcalde Caicedo ha visto la necesidad de enfrentar el problema laboral del
Distrito. Sería muy importante para la ciudadanía que se mantuviera firme en sus
propósitos para lograr resolver tan difícil problema.
El tema laboral estuvo
presente en las noticias de la semana que terminó. Los sufridos usuarios del
solo hueco bogotano nos vimos enfrentados a considerables demoras el miércoles
pasado por las protestas de los trabajadores distritales. El motivo de estas
protestas fue la divulgación de un estudio a nivel distrital sobre la
estructura de los salarios de la administración central y sus entidades adscritas.
Además, las comunicaciones han venido padeciendo permanentes bloqueos por los
trabajadores de TELECOM que han protestado por las reformas introducidas por el
gobierno nacional. Más aún, los viajeros han tenido que sufrir demoras en el
aeropuerto por la operación reglamento llevada a cabo por los controladores
aéreos.
Estas protestas son sin
lugar a dudas prácticas de calentamiento del movimiento sindical como
preparación para el paro nacional anunciado para mañana. El gobierno distrital
con su anuncio les ha dado una magnífica oportunidad de mostrar la fortaleza
del movimiento. Inortunadamente, la protesta los sorprendió fuera de base
pues no lograron neutralizar el impacto perturbador de estos movimientos de
protesta.
Además de haber errado
en la oportunidad del anuncio, la forma como se ha presentado el estudio, con
un ánimo un poco sensacionalista citando casos aberrantes, ha desviado la
discusión hacia temas un poco marginales. En primer lugar, no es importante
definir si la actual administración Distrital es la primera en enfrentar el
problema de los elevados salarios. La realidad es que en el pasado ha habido
ocasiones en las que el manejo laboral del Distrito y sus Empresas ha sido
serio y responsable. Los Gerentes han manejado las negociaciones colectivas de
una manera profesional protegiendo el interés de la empresa y de la ciudadanía
en general. En este proceso de negociación han contado con la colaboración de
eficientes funcionarios y de asesores externos altamente calificados. El impacto
de las demandas sindicales es evaluado y su efecto en las finanzas actuales y
futuras de las Empresas es cuidadosamente cuantificado.
Además, no debe
olvidarse que las negociaciones colectivas son tripartitas pues cuentan con la
presencia de los delegados del sindicato, de la administración y del ministerio
de trabajo. Aunque uno pudiera pensar que el delegado del Ministro es por
naturaleza un árbitro imparcial, la realidad es que muchas veces los mejores
aliados del sindicato son los delegados del Ministerio. Esto llegó a extremos
aberrantes en el caso del Ministro Carrillo quien utilizó su Ministerio para
promover una central obrera. En esa época, los fallos del Ministerio siempre
estaban sesgados hacia los sindicatos y se conocían primero por los representantes
de los trabajadores que por la administración de las empresas.
La gestión de los
Ministros de Trabajo ha tenido profundos impactos en la estructura de los
costos laborales de las Empresas Distritales. El actual Alcalde de Bogotá se
empeño durante su corta gestión en hacer cambios en el régimen de pensiones. En
la Ley Caicedo se indexaron las pensiones de los trabajadores de manera total.
Si bien esto fue de indudable justicia para algunos pensionados,
desafortunadamente está causando considerables costos a las Empresas del
Distrito y a la Administración Central.
Afortunadamente, el
Alcalde Caicedo ha visto la necesidad de enfrentar el problema laboral del
Distrito. Sería muy importante para la ciudadanía que se mantuviera firme en sus
propósitos para lograr resolver tan difícil problema. Es preocupante, eso si,
ver que han comenzado a surgir voces muy autorizadas dentro del partido liberal
que critican a los gobiernos Nacional y Distrital por las medidas de ajuste que
están llevando a cabo. Ojalá, que las angustias de los candidatos a la
constituyente no logren desviar el curso acertado de unas políticas.
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