He pensado aprovechar esta columna para recomendarles que traten
de imitar a nuestros sufridos agricultores, que ya gozan de un tratamiento que
puede ser la salvación de los consultores colombianos.
En esta semana la
Asociación de Ingenieros Consultores celebra su evento anual para el cual ha
invitado a distinguidos conferencistas. Indudablemente, la ocasión es bien
propicia para analizar la práctica profesional de la ingeniería de consulta, y
además, temas de actualidad como el empeño del gobierno en una política de
modernización de la economía para lo cual ha adoptado una política de apertura.
Estas políticas tan
claves para la economía en general y para los consultores en particular, se han
traducido en un nuevo plan de desarrollo que será expuesto por el Jefe del
Departamento Nacional de Planeación.
Además de estos temas
de importancia general, la reunión de los consultores será aprovechada para
hacer algunas reclamaciones de carácter gremial. Indudablemente, los
consultores y especialmente los del Ministerio de Obras Públicas le pedirán al
gobierno que les cancele las deudas por los servicios ya prestados. También, le
pedirán al gobierno que no los obligue a acudir al ICONTEC, para que les expida
certificados de calidad, por los cuales tienen que pagar un millón de pesos; y
aprovechando la oportunidad de estar reunidos no faltará quien solicite muy
respetuosamente al gobierno que les reajuste las tarifas de consultoría. Estos últimos
pondrán de presente que es totalmente irreal mantener unos topes que ni
siquiera llegan a los mil dólares mensuales.
Evidentemente, no
faltarán algunos consultores que presenten propuestas geniales que mejorarán la
práctica profesional. Teniendo en cuenta que no voy a asistir a la reunión, he
pensado aprovechar esta columna para recomendarles que traten de imitar a
nuestros sufridos agricultores que ya gozan de un tratamiento que puede ser la
salvación de los consultores colombianos.
En primer lugar, deben
solicitar que se ponga en práctica la iniciativa del actual Gerente del Fonade.
El Doctor Villate con muy buen criterio, está empeñado en que FONADE se
convierta en una especie de FINAGRO para financiar a los consultores.
Indudablemente, el poder tener acceso a un crédito fácil, y ojalá baratico,
ayudaría a sobrellevar el problema creado por los atrasos en los pagos.
En segundo lugar, los
consultores deben pedir que se cree un IDEMA para estudios. Este Instituto fijaría unos precios de sustentación,
establecería unas especificaciones que deberían cumplir dichos estudios y
compraría todos los estudios que cumplieran con estas especificaciones y que no
fueran adquiridos por el resto de la economía.
Con estos dos
institutos, los consultores podrían dedicarse a trabajar en lo que saben sin
tener que dedicar el tiempo a actividades que pueden ser muy improductivas. Si
existe el FINAGRO para consultores estos
no tienen que estar acudiendo a prestamistas ni tienen que estar espantando
culebras, pues pueden tener una situación financiera menos débil que la que
tienen actualmente.
Si existiera un IDEMA
para estudios los consultores no tendrían que estar dedicados a preparar
inscripciones y a elaborar propuestas, sino que podrían dedicar el tiempo a hacer
los estudios que es realmente la esencia del negocio de la consultoría.
Sin lugar a dudas, si
los agricultores tuvieran que operar como los consultores, los colombianos hace
mucho que hubiéramos muerto de inanición pues, la producción agropecuaria hubiera
desaparecido. Entonces, no es de extrañar que hoy en día el país no esté
produciendo todas las innovaciones que se requieren, pues a los que las
producen o sea, a los consultores no se les incentiva de la manera adecuada.
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