Las perspectivas para
el año entrante parecen ser poco halagadoras, se esperará una disminución en la
inflación con unos costos mayores en lo referente al desempleo.
Cuando a uno le preguntan ¿Cuáles van
a ser los dos problemas macroeconómicos para 1992? tiene uno que contestar con
la respuesta de cajón de que van a ser el desempleo y la inflación.
El control de la
inflación a pesar de la visión un poco optimista del Ministro Hommes y de las
publicaciones gobiernistas sigue teniendo una importante vigencia. Si algo es
enteramente claro para el analista de la situación económica es que el manejo
actual de la demanda agregada colombiana es muy complicado.
La política monetaria
se ha vuelto impotente para frenar la inflación. Por tanto, el control
inflacionario requiere de un manejo integral; es necesario lograr un control
sobre el déficit fiscal y disminuir el ingreso de capitales del exerior para poder llegar a
un crecimiento de los medios de pago que estén de acuerdo con las metas
inflacionarias del gobierno.
El Gobierno, a pesar
del cierre del crédito, no pudo bajar el crecimiento de los medios de pago. La
inflación permaneció por encima del treinta por ciento mientras la autoridad
monetaria mantuvo una paridad real del peso constante, solamente cuando se
revaluó la inflación comenzó a ceder.
Entonces, ante la
desaparición de la holgura en la tasa de cambio real, en 1992 el control de la
inflación deberá basarse preferiblemente en un control estricto del gasto
público. El ajuste en las empresas públicas deficitarias debe ser una prioridad
importante. Igualmente, debe apelarse a un ajuste en los gastos de
funcionamiento; lamentablemente, el aumento de las dietas parlamentarias
introduce un factor que va a distorsionar las negociaciones salariales de todo
el sector público. Es muy difícil pedir moderación cuando a los senadores
revocados se les ha premiado con un aumento de dos millones de pesos mensuales.
La otra posibilidad,
para mantener un moderado crecimiento de los medios de pago que permitan una
reducción de la inflación, es el incremento de las importaciones. El gran
aumento de las reservas internacionales en el presente año, se debió en buena
parte al inesperado estancamiento de las importaciones. Por el contrario, en
1992 es muy probable que las importaciones se desborden y que por ende, las
reservas internacionales presenten una disminución.
Si bien esta
disminución de las reservas puede permitir un mejor control de la inflación, va
a tener un efecto negativo en la actividad económica, pues en la medida en que
las importaciones que compiten con la producción local aumenten, sin lugar a
dudas el efecto recesivo se magnificará.
En consecuencia, las
perspectivas para el año entrante parecen ser poco halagadoras, se esperará una
disminución en la inflación con unos costos mayores en lo referente al
desempleo. Las autoridades económicas deberían mantener un estrecho seguimiento
de los indicadores económicos con el fin de ejecutar muy pronto las
rectificaciones que se requieran en la política económica. No podemos continuar
manejando la economía sin conocer su estado real. Parece increíble que se
maneje una economía tan compleja como la colombiana sin tener mediciones
trimestrales del PIB. Se está terminando un año, en el que se han ensayado una
serie de drásticas medidas sin poder conocer su efecto en términos de los
cambios en la actividad económica.
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