No hace mucho se
publicó en un periódico un cuadro con información sobre el crecimiento de los
medios de pago y las tasas de inflación para «demostrar» que no hay
una relación estrecha entre la inflación y los medios de pago, como
justificación para no controlar el crecimiento de estos últimos.
En Colombia se está
convirtiendo en un dogma la existencia de una fuerte relación entre la magnitud
del déficit fiscal y la tasa de inflación. La Junta Directiva del Banco de la
República ha encontrado como disculpa para no alcanzar las metas de inflación
la existencia de un déficit fiscal.
El mecanismo que liga
el déficit con la inflación es la relación existente entre el déficit fiscal y
el crecimiento de los medios de pago cuando los gastos del gobierno se
financian con recursos del Banco de la República.
Estudios serios sobre
la realidad colombiana hechos por algunos investigadores han mostrado que en la
práctica existe una importante relación entre las tasas de inflación y la
magnitud del déficit fiscal. Uno de estos investigadores que ahora está
trabajando en Washington cree tan firmemente en esta estrecha relación que cada
vez que regresa al país y encuentra una tasa de inflación elevada concluye,
casi siempre con mucha razón, que el déficit fiscal no se ha logrado reducir.
Ahora existe la
tendencia a comparar dos series de variables para un conjunto de países y ver
si existe una relación de causalidad. Por ejemplo, no hace mucho se publicó en
un periódico un cuadro con información sobre el crecimiento de los medios de
pago y las tasas de inflación para «demostrar» que no hay una
relación estrecha entre la inflación y los medios de pago, como justificación
para no controlar el crecimiento de estos últimos.
Utilizando este mismo
procedimiento, si se observan los datos sobre el déficit fiscal de algunos
países industrializados y sus respectivas tasas de inflación se podría concluir
que no hay una relación estrecha entre el déficit fiscal y la inflación. El
último número del Economist trae información sobre el déficit fiscal de algunos
países industrializados. Entre ellos, el único país con superávit fiscal es el
Japón. Los demás tienen déficit fiscales muchos más altos que el de Colombia.
Por ejemplo, Francia tiene un déficit fiscal cercano al 2.5 del PIB, Alemania
tiene un déficit del 3 por ciento y Estados Unidos uno del 3.5. La inflación en
todos estos países es bastante parecida. En el Japón es del 2 por ciento, en
Francia del 3, en Alemania del 4.3 y en Estados Unidos es del 3.1 por ciento.
Países con déficit fiscales relativamente altos como España, con un 5 por
ciento, e Italia, con un 11 por ciento, logran hacer lo que no se ha podido lograr
en Colombia, pues tienen inflaciones moderadas del 6.2 y del 5.4.
Si tomamos los datos de
12 países es posible comprobar que existe una pequeña relación inversa entre el
superávit fiscal y la tasa de inflación. En promedio por cada punto porcentual
de incremento del superávit fiscal se reduce en dos décimas de punto porcentual
de la tasa de inflación. Evidentemente deben existir otras explicaciones
adicionales; de lo contrario, con un déficit de 2 por ciento, deberíamos tener
en Colombia una tasa de inflación inferior al 3 por ciento anual.
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