El crecimiento económico mundial ha continuado, en
promedio, a un ritmo satisfactorio, soportado en parte por un fuerte
crecimiento de los países con mercados emergentes
Acaba de salir la publicación anual del Fondo
Monetario sobre el «Panorama Económico Mundial» correspondiente a
mayo de 1996. Este año se incluyen cinco interesantes capítulos, destacándose
el tratamiento de la política fiscal. El primer capítulo trata de las políticas
y perspectivas de la economía global mirando tres grupos de países: los
industrializados, los países en desarrollo y los antiguos países comunistas,
hoy llamados países en transición. En el capitulo dos se presenta la situación
económica mundial y las perspectivas de corto plazo en donde se analiza primero
la situación de los tres tipos de países mencionados anteriormente y luego se
presentan aspectos de la coyuntura mundial en lo que se refiere a precios, mercados de divisas y financieros y
situación del sector externo. Los tres últimos capítulos presentan para cada
uno de los grupos de países, principales problemas relacionados con el manejo
de la política fiscal.
Debido a las limitaciones naturales de una columna
de opinión no es posible considerar todo el material presentado en el informe
del Fondo sino que es preferible tratar, por ahora, el primer tema relativo a
las políticas y perspectivas a escala global. De acuerdo con el análisis del
Fondo, «el crecimiento económico mundial ha continuado, en promedio, a un
ritmo satisfactorio, soportando en buena parte por un fuerte crecimiento de los
países con mercados emergentes». El crecimiento de 1995 se redujo en parte
por una desaceleración de los países de Europa y Norte América que el Fondo
considera será de carácter temporal. En efecto, según la publicación señalada
se prevé un crecimiento de la economía mundial cercana al cuatro por ciento
para 1996 y 1997 que representa un aumento sobre el tres y medio por ciento de
1995.
La publicación del Fondo destaca la gran
sensibilidad de los mercados financieros a las preocupaciones sobre
desequilibrios económicos y financieros. Para los países que no ejercen un auto
control de sus políticas económicas la economía globalizada ha comenzado a
ejercer a un gran costo una disciplina de mercado. Sin lugar a dudas, esta
disciplina del mercado no le gusta a los gobiernos populistas y por eso añoran
las épocas de autarquía en la que los errores de política no tenían una
respuesta tan inmediata. Aunque la integración de los mercados financieros
puede, en última instancia, proteger al consumidor, es mucho mejor adoptar una
política sana que evite los grandes sobrecostos que le infringe a la economía
la disciplina del mercado.
A diferencia de lo que se vislumbra para Colombia,
para la economía mundial 1996 presenta una serie de signos positivos. Las
presiones inflacionarias son moderadas. Las tasas de interés reales son mucho
más bajas que las imperantes a comienzos de los ochenta. Los precios de las
acciones han continuado en alza. Las tasas de cambio entre las principales
monedas han vuelto a niveles compatibles con los elementos estructurales.
Los desequilibrios fiscales, en opinión de los
funcionarios del Fondo encargados de la publicación reseñada, pueden afectar
negativamente la situación económica mundial. En los países industrializados,
los desequilibrios fiscales continúan siendo una fuente de presión alcista en
las tasas de interés real, lo que ha tenido como consecuencia un desplazamiento
de la inversión del sector privado. Los problemas de la seguridad social y de
los sistemas de salud requieren de una urgente reforma para lograr eliminar una
fuente importante de desequilibrio fiscal de los países industrializados.
Aunque los países en desarrollo han hecho
importantes reformas en el campo fiscal se continúan distrayendo recursos de la
actividad productiva privada y se continúa manteniendo una participación en
actividades de carácter cuasi fiscal que crean importantes desbalances en el
área fiscal. Aunque las economías en transición han hecho importantes reformas
en el área fiscal, los desequilibrios siguen siendo causantes de problemas
inflacionarios y retrasan innecesariamente la transformación de la actividad
económica de estos países.
Finalmente, no sobra resaltar la importancia de
este tipo de publicaciones que permiten mirar los acontecimientos mundiales y
que dan una buena perspectiva para poder analizar nuestra propia situación. La
información y el análisis presentados permiten tener una nueva perspectiva
sobre asuntos como si la crisis colombiana es de carácter estructural o si
tiene orígenes en la falta de gobernabilidad. Por esta y muchas otras razones,
la recomendación para los interesados en la economía colombiana es muy clara:
hay que mantenerse informado de lo que pasa en el mundo.
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